31 de mayo de 2009



-De verdad, muchas gracias por quedarte y ayudarme a limpiar pero debo irme a la cama.

-¿Eso fue una invitación?

- ¿Qué?

-Dios mío, qué horror. No soy buena para esto.

-¿Qué?

(Ella abalanzándose sobre él comienza a besarlo. Él totalmente sorprendido)

(mientras lo besa)

-Sí, ya lo sabía. Las mejores relaciones nacen de las amistades.


-Espera. Espera. ¿Qué? ¿Ahora tú y yo tenemos una relación?

-Bueno, si no tenemos una relación por lo menos vamos en camino

-¿Y por qué piensas eso exactamente?

-Por las señales.

(Extrañado)
-¿De verdad? ¿Cómo cuáles?

(Termina la frase dudando)
-Como que te dio gusto oír mi voz y hablas conmigo cuando estás con otra chica y yo sentí algo…


-Dios mío, de qué estás hablando ?¿Qué te he estado diciendo desde que te conocí?

Si un hombre quiere salir contigo él te invitará. ¿Te invité a salir?

-No…

-¿Por qué hiciste esto?...Mierda. ¿Por qué exageran las cosas? Toman cada cosita que uno hace y la distorsionan. ¡Es una locura!

Se produce un silencio. Ella triste y sorprendida responde:

-Yo prefiero ser así que ser como tú

-¿Perdón? ¿Qué significa eso?

-Quizás yo analice cada detalle y me exponga demasiado, pero al menos todavía me importa. ¿Crees que ganaste porque puedes despachar a las mujeres? Quizás no te hieran ni quedes en ridículo pero así tampoco te vas a enamorar. Tú no has ganado. ¡Estás solo!

El más sorprendido aún, se queda pensando. Ella se va.


A las niñas les enseñan muchas cosas. Si un niño te pega, le gustas. Nunca trates de emparejarte los flecos y un día conocerás un hombre maravilloso y tendrás tu final feliz.

Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan nos imploran que lo esperemos. El giro del 3er acto, la declaración inesperada de amor. La excepción a la regla. A veces nos concentramos tanto en el final feliz que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no, entre los que se van a quedar y los que se van a ir. Y quizás el final feliz no incluye un tipo maravilloso, quizás el final feliz eres tú sola, recogiendo los pedazos y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizás el final feliz sólo consiste en seguir.

O quizás éste es el final feliz, saber que a pesar de todas las llamadas y corazones rotos, a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y la vergüenza tú nunca...nunca, perdiste la esperanza.

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